El Madrid pudo ganar el partido ante el Betis, tuvo ocasiones para hacerlo, porque un equipazo de su potencial siempre las tiene. No hizo un partido redondo como otras veces aunque fue superior al rival, sobre todo en la primera parte, donde un Modric primoroso dejó un recital de pases y juego que algunos de sus compañeros no aprovecharon. Pero la mejor jugada del partido la hizo el Betis en su gol, en el descuento, con más de veinte toques de los jugadores verdiblancos que bailaron al Madrid. Y lo bailaron porque estaba totalmente descolocado y desnortado. Zidane volvió a pifiarla en los cambios. Sacó del equipo a los dos futbolistas que diseñan mejor el juego de ataque, Modric e Isco.
El cambio de Modric era tan impensable, es el que ordena el posicionamiento de los demás, que ni él mismo se lo creía. Era tal la confusión que por un momento el Madrid tuvo doce jugadores en el césped. Zidane decidió prescindir del medio campo y tocar arrebato, ¡todos arriba!, también Ramos, y Casemiro de central, Asensio en la banda, Kroos solo en medio y el resto corriendo detrás de la pelota como pollos sin cabeza. No había orden ni concierto. ¿Quién le habrá dicho a Zidane que Casemiro puede jugar de central? Madre mía. El francés terminó tan azorado que hasta se le olvidó saludar a Setién , que le había dado un repaso de narices. ¡Y a 7 puntos del Barça!