Hace unos días iniciamos junto al coach Ian Barker, director de Coaching Education en la Asociación Nacional de Entrenadores de Fútbol, un análisis de la situación del soccer en Estados Unidos. Después de repasar las razones de su dominio en fútbol femenino y el nuevo amanecer que ha supuesto Christian Pulisic, nos adentramos en las tripas de la formación estadounidense. Los clubes de la MLS por fin desarrollan su cantera, el fútbol americano pierde participantes por las conmociones cerebrales y el reto sigue enfocado: “Producir nuestros propios David Villa”, lanza Barker para Digital Football Community.
La MSL por fin tiene cantera
Durante años, la estrategia en Estados Unidos ha sido la de construir una liga potente o llamativa que actuara de reclamo. Los clubes de la Major League Soccer no tenían una estructura de cantera ni trabajaban la base. Esto ha cambiado en los últimos tiempos, en los que se han aliado con el programa US Soccer Development Academy para llevar el desarrollo de los jóvenes futbolistas a un nivel de tecnificación y excelencia superior. “Ahora los clubes de la MLS financian el entrenamiento y competición de sus deportistas. Aunque eso sea típico fuera, no lo era en Estados Unidos”, ilustra Barker.
Les ha costado, pero parece que por fin se han dado cuenta los gigantes de la liga norteamericana de la importancia de tener canteras ‘a la europea’. “Los jugadores de las academias no forman parte de otros equipos o ligas. Están durante diez meses al año entrenando y compitiendo en las mejores instalaciones y con programas de trabajo top”. El trabajo se mide en torneos internacionales como la Dallas Cup. “Ahí los equipos de categorías inferiores de los clubes de la MSL compiten y tienen éxito contra clubes de México, Alemania o Inglaterra”.
Soccer ante los peligros del football
Uno de los inconvenientes del soccer sigue siendo el lugar secundario que ocupa entre los jóvenes. Aunque su crecimiento ha sido sostenido en los últimos años, todavía está por detrás de fútbol americano, baloncesto y béisbol en cuanto a practicantes. La NFL es la competición más seguida del país y el football universitario está en tercer lugar en cuanto a afición. Pese a que su popularidad y músculo económico están en máximos históricos, cada vez menos padres ven con buenos ojos que sus hijos jueguen al fútbol americano debido al riesgo de sufrir conmociones y daños cerebrales.
“No dejemos a nuestros niños jugar al football”, escribió el prestigioso médico forense Bennett Omalu en el New York Times. “Es nuestro deber moral defender a los niños porque son los más vulnerables. Deberíamos dejar que crezcan, darles toda la información sobre los riesgos de jugar al football y que ellos decidan. Ningún adulto puede tomar una decisión que puede perjudicar para siempre la vida del niño”. Entre 2010 y 2012 la participación de niños en fútbol americano base regulado descendió en Estados Unidos casi un 10%.
¿Podría beneficiarse de ese trasvase de atletas el soccer? “Uno de los objetivos que tenemos es que cada vez más niños empiecen pronto a jugar. Eso ampliará nuestro campo de trabajo y el número de talento con el que podemos trabajar”, explica Barker. “Para ello tenemos que ofrecer a esos chicos algo bien organizado y que no les cueste dinero practicar”. La NSCAA también está concienciada de hacer un soccer más seguro y tiene su propio programa para prevenir las conmociones, una problemática que apenas tienen incidencia en el deporte más practicado del mundo.
Producir nuestros propios David Villa
Desde el icónico proyecto del Cosmos, por el que pasaron leyendas como Pelé o Beckenbauer, una de las líneas maestras de la estrategia del soccer ha sido reclutar grandes jugadores venidos a menos cuyo nombre daba un impulso mediático a las competiciones. En los últimos años la tendencia ha cambiado. Siguen yendo futbolistas que ya han jugado sus mejores cien partidos, pero definitivamente tienen algo más en el depósito. David Villa ilustra a la perfección la nueva política de contrataciones en la que el balance entre resonancia y rendimiento está más equilibrado. “Está siendo extraordinario. Lo que está haciendo él da caché a la profesión de futbolista, a la MLS y a su país”, reconoce Barker, que asume el gran reto latente del soccer: “Nos gustaría que dentro de poco nuestro sistema sea capaz de producir a jugadores como David Villa y no tengamos que importarlos”.