Hay un entrenador que tiene más participaciones en el Mundial de Clubes que Pep Guardiola, Carlo Ancelotti y José Mourinho juntos. Es el español Ramón Tribulietx, un técnico que ha transformado el fútbol en Nueva Zelanda y ha convertido al Auckland City en la referencia del balompié en el país oceánico. “Siempre me había llamado la atención esta cultura”, cuenta Tribulietx a Digital Football Community. Su primera experiencia en las Antípodas fue en 1999 como jugador. Una década después regresó para convertirse en el entrenador más influyente de la región y en el rey de la Champions League de Oceanía, competición que ha ganado en las últimas siete ediciones. Desde 2010 en el cargo, en España ha entrenado a Sant Andreu, Figueres y Castelldefels.
Fichar jugadores vía Facebook
Para un futbolista de perfil medio, el Auckland City es el camino más corto para jugar el Mundial de Clubes, una de las competiciones con mayor exposición en todo el planeta. “Nos llegan cientos de mensajes de jugadores pidiendo una prueba”, explica Tribulietx. “Ven el Mundialito como una manera de tener exposición para dar un impulso a su carrera y se ponen en contacto conmigo o con el club por email, Facebook o LinkedIn”.
El crecimiento que ha experimentado el Auckland City y su salto cualitativo en el mercado de fichajes limitan mucho las oportunidades de que un intento vía red social acabe cristalizando en una prueba y, en el mejor de los casos, en un contrato. “Llega tanto que ya realmente no puedes atender y filtrar todo”. Pero hubo un tiempo en el que la oportunidad de cambiar de vida sí podía estar a un mensaje directo de distancia. “Ángel Berlanga y Albert Riera me contactaron en primer lugar por Facebook”, recuerda el técnico. “Se presentaron, me hicieron llegar algunos vídeos para poder analizar sus capacidades y accedimos a hacerles una prueba y finalmente les fichamos y han sido jugadores muy importantes estos años. Pero a día de hoy, la mayoría de los que nos hablan por Facebook no dan el nivel”.
Buscando experiencias o impulsar la carrera
En la plantilla del Auckland City hay doce jugadores internacionales. De todos ellos, el que más ha saboreado el éxito en el fútbol es probablemente Eñaut Zubikarai, exportero de la Real Sociedad y con 57 partidos en Primera y Segunda en su currículum. “Su caso es el ejemplo perfecto de alguien que lo hace como experiencia personal. Después de jugar al máximo nivel en LaLiga y en Portugal ha venido hasta Nueva Zelanda buscando algo más que jugar al fútbol”. Sin excluir el componente vital, para otros la decisión de emigrar a 20.000 kilómetros de España responde principalmente a dar un giro a su carrera deportiva. “Ángel estaba en Tercera en España y no le terminaban de salir las cosas allí y decidió jugársela y venir aquí”.
El Auckland City al que llegó Berlanga era el embrión del club que ha transformado Tribulietx en estos siete años. Actualmente hay catorce jugadores que viven exclusivamente del fútbol, algo impensable en los inicios del español en la entidad. FIFA no los considera como futbolistas profesionales porque están contratados como entrenadores del club, una función que compaginan con su trabajo en el primer equipo. “Eso les ayuda a saber trabajar con niños y a integrarse más en el club y también socialmente”. Económicamente, la aventura en las Antípodas también es a día de hoy un atractivo reclamo para un perfil de jugadores que se mueven entre la Segunda B y la Tercera. “Ahora pagamos como un equipo importante de Segunda B”.
La ‘Oveja Negra’ de Tribulietx
Dentro del terreno de juego, el primer reto de los futbolistas internacionales es adaptarse al infernal ritmo de juego que predomina en Nueva Zelanda. “Muchos lo pasan mal los últimos treinta minutos cuando llegan. Se hacen más kilómetros que en Europa y los esfuerzos son más prolongados. Desde fuera puedes pensar que con la superioridad técnica te va a servir para marcar las diferencias, pero la verdad es que no es tan fácil porque son muy fuertes físicamente”. (Pablo Gallardo también nos habló del físico fútbol en India)
Notablemente influido por el estilo inglés, el fútbol neozelandés ha evolucionado mucho respecto a lo que encontró Tribulietx a finales de los noventa en su etapa como jugador. “La Federación implantó un programa hace seis años para cuidar más la parte técnica y ahora empieza a dar sus frutos. Ya se va notando que los jugadores que salen tienen más fundamentos y entienden mucho mejor el juego”.
Dentro de esta sofisticación progresiva del fútbol en Nueva Zelanda, el Auckland City camina varios pasos por delante. “Somos la oveja negra”, ilustra siempre Tribulietx. “Somos prácticamente los únicos que intentamos tener el balón y controlar los partidos desde la posesión. Lo más normal es ver muchas transiciones y un ritmo de ida y vuelta”. Ni la mejora de sus rivales, ni la permisividad arbitral con el juego físico (“nos dan por todos los lados“) pueden detener al Auckland City de Ramón Tribulietx.