En la historia de la Selección Española de Fútbol ha habido jugadores con ideas políticas muy diferentes y han convivido con normalidad. Nunca hubo tanta polémica y ruido como ahora con Gerard Piqué. Partiendo de la base de que las ideas de Piqué son tan respetables como las de cualquier otro, hay algo en su manera de actuar y expresarse que irrita a muchos aficionados y es que, aunque Gerard no lo crea, en la Selección, aparte de fútbol, hay un sentimiento. Y ese sentimiento es personal de cada aficionado.
Como todo lo que concierne a los sentimientos es muy difícil de explicar, me iré a una comparación cercana a Piqué. ¿El Barça es más que un equipo de fútbol? Coincidimos todos en que sí. ¿Está el Barça ligado a la idea de Cataluña? Parece claro que sí. Todos sus jugadores, vengan de donde vengan, pronuncian a los pocos días el “Visca Cataluña” sabedores de que el club está ligado a ese sentimiento. Cuando el Barça gana un título internacional todos sus futbolistas sacan multitud de banderas, todas menos la española, por aquello de no contradecir el sentimiento catalanista del club. Imaginemos que un jugador del Barça, ante una afrenta a un símbolo de Cataluña, se pronunciara pública y reiteradamente a favor de los que no respetan esa bandera o ese himno ¿Cuánto tardarían en llamarle la atención? ¿O cuánto tardaría en salir del Barça? ¿Aceptaría el Camp Nou a un jugador así?
Piqué pide respeto, pero él no lo ha tenido con los que sienten la Selección de otra manera a la suya. Si todos coincidimos que el Barça es más que un club, cómo va a ser la Selección solo un equipo de fútbol.