“Hemos metido una bomba de relojería en el vestuario del Barcelona”. Estas palabras sonaron con fuerza en la planta noble del Bernabéu horas después de que se cerrara un fichaje que cambió el signo de la historia. Una tarde de mayo de 2004 el Barcelona anunció a bombo y platillo la contratación de Samuel Eto’o por unos 30 millones de euros después de que el Real Madrid hubiera decidido no pujar por el futbolista al que rescató de Camerún cuando tenía 16 años. El club presidido por Florentino Pérez podía haberse hecho con los servicios de Eto’o simplemente igualando la oferta presentada por su rival.
Con el paso del tiempo, esa “bomba de relojería” de la que hablaban los dirigentes del Real Madrid estalló pero en forma de bomba de racimo con 129 goles en los 198 partidos que disputó con la camiseta culé. Esos tantos fueron clave para que el Barcelona, dirigido por Frank Rijkaard primero y Pep Guardiola después, ganara tres Ligas, dos Champions y dos Copas del Rey.
En el verano de 2008, el técnico español enseñó la puerta de salida al camerunés junto a Deco y Ronaldinho (“Estamos comtemplando la plantilla sin ellos. Han cumplido un ciclo en el club”). Que no se completara la salida fue un golpe de suerte para un Guardiola al que ayudaron muchos los goles de Eto’o, especialmente en la final de la Copa de Europa contra el Manchester United, en la que marcó el primero. Paralelamente, el Real Madrid estaba asumido en una de las peores crisis de su historia. Y todo comenzó en Leganés.
Ídolo en Leganés: se gastaba las primas en cinturones
Después de fichar por el Madrid procedente del Kadji Sports camerunés en verano de 1996, Eto’o se presentó en la antigua ciudad deportiva con la vitola de ser uno de los jugadores que podía dominar el futuro del fútbol mundial. Tenía condiciones para ello pero también poseía una personalidad indomable que no dejaba a nadie indiferente. Tras un año en el Castilla en el que el filial blanco descendió a Segunda B, el club decidió cederlo al Leganés en la temporada 1997-1998.
“Tenía unas condiciones tremendas para tener dieciséis años. Una velocidad brutal, buena técnica y gran desborde”. Estas palabras las pronunció años después José Jesús Mesas, uno de los grandes amigos que hizo Eto’o en Butarque y que con el paso del tiempo acabó siendo una especie de ‘consigliere’ para el delantero.
Todos los integrantes del vestuario pepinero recuerdan con una sonrisa en la boca cuando el camerunés se gastó el dinero de una prima en un buen cinturón. “Las primas por ganar los partidos nos las pagaban los martes después de la victoria. Enlazamos dos seguidas y después de la primera apareció con un cinturón de marca. Le pregunté cuánto le había costado y me comentó que la prima. Le dije, ‘no te gastes la prima en un cinturón’. A la semana siguiente apareció con el mismo cinturón en vez de en negro en marrón. Le pregunté si era el de la semana pasada y me dijo que no. Se había vuelto a gastar la prima“, relató Mesas en su día.
Durante su año en Leganés, Eto’o anotó cuatro goles ante Rayo Vallecano (Copa del Rey), Toledo, Albacete y Logronés que ayudaron al equipo para quedar en la zona media de la tabla. El delantero formó parte del once titular en la inauguración del nuevo estadio de Butarque, que casi veinte años después conocería la máxima categoría por primera vez en su historia.
“Yo estoy aquí”. Dos exhibiciones y un mensaje para Florentino
3 de mayo de 2003. Muchos no conocen que ese fue el día que Vicente del Bosque quedó sentenciado tras caer ante el Mallorca por 1-5 en el Bernabéu. Después de haber sido cedido al Espanyol y que el club blanco lo hubiera vendido al Mallorca por 1.200 millones de las antiguas pesetas (unos 8 millones de euros), el delantero dejó su huella en el templo blanco al marcar un tanto en la goleada.
Ese día Eto’o dijo: “Yo estoy aquí”. Pero en voz baja. Esa exhibición le hizo creer que volvería a vestir la camiseta del Real Madrid pero Florentino hizo caso omiso de su partido. Y, obviamente, su resentimiento aumentó.
Un año y pocos días después, el 7 de mayo de 2004, Eto’o sería protagonista en uno de los partidos más importantes de su carrera. Después de haber sido obviado por el Real Madrid, el delantero anotaba dos tantos en la victoria del Mallorca (2-3) ante el Real Madrid de Queiroz. Ese día, el camerunés no se reprimió con sus gestos al palco donde estaba Florentino Pérez.
“En aquellos tiempos nadie confía en mí y la isla y su gente (Mallorca) estuvieron ahí para abrirme los brazos. El mensaje era para Florentino Pérez, le decía: ‘Yo aquí’”, afirmó el delantero días después de haber dado un golpe sobre la mesa. Como ya sucediera después de su primera exhibición en el Bernabéu, la dirección deportiva blanca ignoró su partido y Eto’o acabó en el Barcelona con la intención de “correr como un negro para vivir como un blanco”. El resto de la historia es de sobra conocida.
[…] En esta bella historia entre Totti y la Roma hubo, con en todo cuento de amor que se precie, una tercera persona. Ella, o él, en este caso, se llamaba Real Madrid. “Hubo un momento hace doce años en el que pensé cambiar la Roma por el Real Madrid”, confesó Il Capitano. En verano de 2003, en plena época de Los Galácticos, Totti era uno de los futbolistas más deseados por Florentino Pérez, que tres años antes había implantando su modelo deportivo-económico de ‘Zidanes y Pavones’. […]