En la actualidad hay más de 100.000 españoles censados en el Reino Unido, un 77% más que en 2009. En ningún país ha crecido tanto la cifra desde que empezó la crisis. Algunos han emigrado con suculentos contratos bajo el brazo en cualquiera de las multinacionales que operan desde la City de Londres. Otros muchos se embarcaron a Inglaterra con un inglés precario y muchos platos que fregar, mesas que servir o camas que hacer a cambio de un salario con el que pagar una casa compartida a las afueras. David Silva se marchó a Manchester para ganar 300.000 euros a la semana. Y Ander del Alamo dejó la Segunda B para jugar dos años en el Oxford City, vivir del fútbol, mejorar su inglés y enriquecerse vital y culturalmente. “Ha sido una experiencia increíble. Futbolísticamente fue muy divertido y me ha permitido disfrutar de dos años muy buenos a nivel personal”, cuenta a Digital Football Community.
Del Alamo (Vitoria, 1991) se formó en la categorías inferiores del Deportivo Alavés, donde pasó por todos los escalones hasta debutar en el primer equipo. Sin sitio en un proyecto hecho para ascender, buscó acomodo fuera del club de su corazón. Después de dos temporadas en el Llodio, llegó la oportunidad de salir a Inglaterra en el verano de 2014. “Había un entrenador español que quería importar futbolistas de calidad técnica para darle otro estilo al Oxford City y vía un técnico del País Vasco llegó la propuesta a mi representante. Antes de que empezara la temporada nos llevaron a diez jugadores para hacer una prueba allí y ficharon a tres”. Si ya de por sí cualquier cambio viene acompañado de incertidumbre, la repentina salida del entrenador español enrareció los inicios. “Además los ingleses tampoco nos veían con buenos ojos al principio. No estaban muy contentos de que estuviéramos allí. Pero pronto vieron que éramos chavales que habíamos ido allí a disfrutar del fútbol, ayudar y molestar lo menos posible y ya nos acogieron bien y no hubo problema”.
Siete meses sin cobrar en España
Si a nivel futbolístico son comparables, la Segunda B y la Conference North no tienen nada que ver en cuanto a las condiciones laborales y ventajas de sus profesionales. En el Llodio los jugadores habían estado siete meses sin cobrar. Lo que encontraron en Oxford suena realmente bien. “Teníamos unos sueldos que solo equipos importantes de Segunda B están pagando en España. Además nos pusieron una casa al lado del campo, abono para un gimnasio y el primer año hasta nos pagaron clases de inglés”. Dentro de su liga, el Oxford ni siquiera es de los clubes que más pagan. “Nos enteramos de algunos que pagaban completas barbaridades. No sé de dónde sacan el dinero en Inglaterra, pero hay mucho”.
Toque en el paraíso del fútbol directo
La idea estratégica del Oxford City como club era trasladar el modelo español a una competición en la que sigue dominando la fuerza física. “Antes de ficharnos se plantearían los caminos que tenían. O eran los más rápidos y los más fuertes o buscaban otra cosa para intentar jugar el playoff”. Ni la salida del técnico que los había reclutado cambió la política futbolística. “Nos tocaba a los españoles implantar el estilo que el entrenador quería. Nosotros movíamos al equipo”, explica Del Alamo, un centrocampista organizador con recorrido para abarcar campo y llegar a posiciones de remate.
Pese a los generosos salarios, los españoles se encontraron una situación mucho más semiprofesional que la que conocían de la Segunda B. “Todos estábamos acostumbrados a entrenar cuatro días a la semana y en el Oxford solo era la mitad y así era más complicado. Junto a algunos ingleses que querían tomárselo más en serio ya conseguimos hacer cuatro sesiones semanales con diez o once futbolistas. Pero había otros compañeros que podían ganar 1.200 euros por un par de entrenamientos y el partido”.
Vuelta a casa
Las dos temporadas en el Oxford tuvieron de todo. El primer año solo un punto les separó de la promoción de ascenso. En el segundo las cosas no salieron tan bien en un equipo diseñado para jugar los playoff. “No me iba con la idea de ser profesional muchos años, simplemente vivir la experiencia de conocer otra cultura, mejorar mi inglés y disfrutar todo lo posible del fútbol”. Ahora se abre una nueva etapa en la vida de Del Alamo. Licenciado en ADE, trabaja en una Caja de Ahorros en Vitoria y sigue jugando, ahora en el Aurrera de la Regional Preferente Alavesa. “Ya me lo tomo más tranquilo y sin tanta presión ahora que ya he empezado a trabajar”.