“Perdón por haber estado tanto tiempo de espaldas. El fútbol hasta ahora ha sido machista. Estamos trabajando para poner el fútbol femenino donde se merece estar”. Con esta disculpa y promesa inauguró Javier Tebas, Presidente de LaLiga, la jornada ‘El fútbol femenino en España: hacia una nueva era’. Jugadoras, dirigentes, medios de comunicación y patrocinadores advierten la trascendencia del momento . En apenas 18 meses se ha transformado la entonces precaria situación en un presente sólido y un futuro lleno de posibilidades.
Ahora hay una liga profesional, cobertura televisiva, patrocinadores y un producto de entretenimiento que va tomando forma como modelo de negocio. “El fútbol estaba en deuda con las mujeres. Casi habría que exigir a los clubes de LaLiga tener un equipo femenino”, apunta Miguel Ángel Gil-Marín, CEO del Atlético de Madrid. Que las jugadoras puedan vivir exclusivamente de su deporte y el producto penetre de verdad en uno de los países más futboleros del mundo son dos de los retos a medio plazo.
Aintzane Encinas: “No podemos vivir del fútbol”
“El fútbol femenino tiene que crear referentes, estrellas a las que otras niñas quieran seguir”, lanza enérgica Aintzane Encinas, futbolista de la Real Sociedad y licenciada en INEF. Además de jugar, trabajar y/o estudiar, las protagonistas principales del fútbol femenino asumen un rol reivindicativo ante la situación que viven. “La sociedad no estaba preparada para que las mujeres jugáramos al fútbol. Somos mujeres preparadas y valientes que hemos tenido que romper muchas barreras”. Natalia Gaitán, jugadora del Valencia, abandonó Colombia a los 18 años para seguir jugando y estudiar Dirección de Empresas en Estados Unidos. “Las mujeres tienen que estar presentes en los puestos administrativos y directivos. Es fundamental nuestra participación”. “Una mujer con formación, coraje e ilusión tiene cabida en cualquier estructura”, apunta Encinas.
Uno de los problemas de las jugadoras es que no se pueden dedicar plenamente al fútbol pese a jugar en la máxima categoría. Natalia Flores, Directora del programa Mujer y Deporte del CSD, jugó quince años en la Primera División de Fútbol Sala y nueve en la selección. “Siempre era consciente de que no podía vivir de mi deporte y sí de mi formación. Ojalá que algún día las jugadoras puedan decir ‘soy futbolista y voy a vivir de ello”. “Es la realidad que vivimos casi todas. No nos podemos dedicar exclusivamente al fútbol”, reconoce Encinas.
El fútbol femenino SÍ interesa
Uno de los prejuicios que ha tenido que sortear el fútbol femenino es eso de que ‘no interesa’. Las audiencias de televisión y la asistencia a los estadios de una competición atractiva desmontan por completo el tópico: “Los partidos en abierto se mueven en 70.000 espectadores de media, dato superior a alguno de la Copa Inglesa que también se está dando gratis en España”, explica Daniel Margalef, ejecutivo de Mediapro, que esta temporada ha empezado a emitir tres encuentros por jornada a través de Gol y BeIN Sports. “Algunos han llegado a 200.000, una audiencia similar a partidos de Segunda”.
El despegue del fútbol femenino como negocio es algo que atañe a todos los actores. “Tienes que convencer a la gente de que tu producto mola. Es una cuestión deportiva, de márketing, de los clubes y hasta de las propias jugadoras”, resume David Menayo, experto de MARCA. Margalef explica las condiciones de la televisión. “Necesitamos que la imagen enganche al espectador. Y para eso no es lo mismo una grada con gente que un descampado o un valla de fondo”. Javier Tebas lo resume así: “Las televisiones están ahí, los patrocinadores están ahí. Pero necesitan un buen producto para poder venderlo. Si se siguen haciendo las cosas bien, el dinero y la financiación no van a ser un problema”.
El 11 de diciembre de 2016, 14.000 personas asistieron al Calderón a ver el primer partido de fútbol femenino de la historia del estadio. 9.000 espectadores establecieron el récord de esta edición de la Champions League en dieciseisavos de final en San Mamés. El Valencia será el siguiente club grande en abrir Mestalla a las mujeres en el derbi contra el Levante, uno de los clubes históricos del fútbol femenino y que esta temporada acogió el encuentro de ida contra el equipo ché: “Las chicas lo merecían y contribuye a hacer más grande al Levante y al fútbol femenino”, apunta el presidente Kiko Catalán. Reconocido el impacto mediático y social de estos ‘pelotazos’ de afluencia, Silvia Muriel, directiva del Athletic, explica el gran reto. “Hay que trasladarlo a los partidos normales y fidelizar a la gente para que esto sea sostenible”.
Empezar la casa por el tejado
La precaria situación que se encontraron obligó al equipo de Tebas y Pedro Malabia, Director de Fútbol Femenino de LaLiga, a tomar una decisión estratégica clave: empezar por arriba o por abajo. “Decidimos crear una liga potente que permerara lo que está abajo”, explica Tebas. “Una competición como la que tenemos ahora, con grandes jugadoras y clubes, repercusión mediática y patrocinadores sin duda va a ser un impulso para la base. En cinco años tendremos un producto que hace bien poco no podíamos ni imaginar”. El maridaje de LaLiga con Iberdrola, patrocinador que da nombre a la competición, y muy presente en el deporte femenino, ha sido el impulso definitivo. La valoración de Luis Gómez, Director de Marca y Reputación de la eléctrica, no podría ser más positiva. “Estamos encantados de lo que nos hemos encontrado en el fútbol femenino. Hemos llegado para quedarnos porque nuestra apuesta es a largo plazo e invitamos a más marcas a que entren porque encontrarán un importante retorno”.
[…] Llegará un día en el que las jugadoras españolas se puedan dedicar exclusivamente a jugar. Pero por ahora es un lujo que no pueden permitirse. Además de competir, asumen el papel de activistas de su deporte. “Todavía no se ha normalizado que las niñas jueguen al fútbol”, lanza rotunda Rossell. “España sigue siendo machista. Las nuevas generaciones están cambiando eso, pero todavía queda mucho. Estamos muy atrasados respecto a otros países europeos porque el fútbol femenino ha sido maltratado”. […]