Hace no mucho, la carrera de entrenador parecía un coto privado de exfutbolistas. Cada vez más, jóvenes sin un background exitoso en el campo intentan labrarse una carrera en los banquillos. Es el caso de Gabriel Tellez, que a sus 28 años lleva diez como técnico. “Es mi gran pasión y mi sueño es llegar a LaLiga”, cuenta a Digital Football Community. Actualmente entrena al Chinato de la Primera Extremeña. DFC es una herramienta clave para que entrenadores de esta esfera mejoren su visibilidad. En la app, la única red social profesional de fútbol, los entrenadores tienen su perfil dónde pueden actualizar su currículum, divulgar sus conocimientos, hacer contactos interesantes y acceder a oportunidades en todo el mundo.
Entrenador de nacimiento
A muchos entrenadores que comenzaron precozmente en los banquillos les une una característica común: una lesión les apartó del campo. No es el caso de Gabri, que no tiene reparos en contar frontalmente el motivo por el que es entrenador desde antes de cumplir la mayoría de edad: “Mira, yo es que era muy malo”, lanza. “Pero me gusta tanto el fútbol, he querido con tantas ganas siempre estar en este mundillo, que me lancé a ser entrenador en cuanto vi que lo de jugar no me iba a llevar a ningún lado”. Aunque la salida pueda sonar a una consecuencia de sus habilidades como jugador, lo de dirigir equipos y jugadores siempre había estado dentro de este extremeño. “Me gustaba mandar a mis compañeros, si echábamos una pachanga con los amigos estaba encima de ellos para que se colocaran bien… esto de ser entrenador es como si siempre hubiera estado dentro de mi”.
Cumpliendo objetivos antes de los 30
Darse cuenta tan pronto de su vocación ha ayudado a Gabri a ir quemando etapas de manera precoz y satisfactoria. Con poco más de veinte años ya dirigía a su primera plantilla amateur. “Era el equipo de mi pueblo y el nivel era muy bajo. Yo me lo tomaba como si fuera un grupo profesional, pero la implicación de los jugadores era baja y el club tampoco estaba para muchas alegrías”. En este ecosistema tan poco idílico, Gabri sí aprendió su primera lección: cómo llevar un vestuario. “Esa fue la mejor parte, ya visto con perspectiva. Fue mi toma de contacto dirigiendo un senior y viendo cómo funcionan las personas dentro de un equipo de fútbol. Fue vital en mi carrera para aprender a llevar un grupo y a gestionarlo”.
El siguiente paso le llevó al Cacereño, club histórico de la región que le dio un Cadete antes de que, a los pocos meses de estar en el club, le ofreciera el puesto de entrenador del Juvenil Nacional, con el que descendió. “Es una espinita que tengo ahí. Cuando cogí el equipo sabía que estaba abocado a eso, pero era una oportunidad que no podía desaprovechar”. En el Cacereño obtuvo su primera remuneración por entrenar. “120 euros en el cadete y 250 en el juvenil”, recuerda. Su buen trabajo dentro del club le sirvió para entrar de ayudante en el Cacereño B, de Primera Extremeña. “Fue otro pasito más y muy positivo. Hicimos un buen cuerpo técnico y después de un año dimos el salto al Trujillo”.
El sistema Gabri 21
Una de las funciones de los entrenadores de categorías amateur es formar la plantilla cada temporada. Es cuando el trabajo de técnico se funde con el de director deportivo. La clasificación del talento es crucial para fijar bien los tiros que vas a intentar. Gabri tiene un sistema de catalogación del talento basado en 21 categorías y como creador nos explica su funcionamiento. “En la categoría 1 están los mejores jugadores. Los Messi, Cristiano, Neymar… y en la última los peores de la división amateur más mala que conozco”. Esos jugadores, tanto los que no podría fichar como los que nunca querría entrenar sirven para polarizar el sistema Gabri 21, que es plenamente funcional cuando entra en las ranuras que catalogan el talento al que tiene acceso y le puede interesar.
“La Primera Extremeña la ocupan los nivel 17, 18 y 19. En el primero de ellos pongo a los que yo considero los mejores de la categoría. Cuando llega el verano y me tengo que mover para fichar ya lo tengo todo etiquetado. El nivel 16, por ejemplo, serían los peores jugadores que tengo registrados de Tercera, pero que nos pueden dar un buen rendimiento en una categoría inferior”.
Digital Football Community es un complemento perfecto para sistemas como el Gabri 21. Los perfiles de estos jugadores en la aplicación, con sus estadísticas y vídeos pueden ayudar a tomar la decisión con más datos e información sobre la mesa, así como establecer contacto con ellos.
“No puedo ver el fútbol como aficionado”
Además de la formación reglada (Gabri tiene los tres niveles de entrenador que hay en España), el proceso de aprendizaje es constante. Libros, seminarios o diferente material ayudan a asimilar conceptos o profundizar sobre nuevos. Además de esto, la fórmula del ahora técnico del Chinato es ser entrenador las 24 horas del día. “No puedo ver un partido, de la categoría que sea, como un aficionado. Siempre estoy pendiente de situaciones que ocurren, variantes tácticas que observo. Si algo me llama la atención lo apunto y luego veo si me puede ayudar en mi metodología propia”. La otra parte de la formación continua es la puesta en común con otros colegas de profesión. “Tengo muy buena relación con otros entrenadores y no dudo en preguntarles cosas si me surge alguna duda, bien sea a nivel de gestión de vestuario, táctica o lo que sea…”. Digital Football Community, la única red social profesional de fútbol, es el lugar ideal para hacer networking dentro del mundillo. En la aplicación hay cientos de entrenadores con los que entablar contacto. Además de un punto de encuentro profesional, también es la plataforma idónea para divulgar conocimiento y que llegue a un público objetivo ávido de contenidos sobre metodología.
Próximo objetivo: entrenar en Tercera
Una de las tarjetas de presentación de Gabri cuando hablas con él es su objetivo último: entrenar en Primera. “Si no te pones el objetivo más alto, estás muerto en cualquier cosa que hagas en la vida. Entrenar en el fútbol profesional está casi reservado a exjugadores, pero lucho por ello”. La meta a corto plazo, es más conseguible. “Quiero ser primer entrenador en Tercera. Ya he tenido varias ofertas como segundo, pero yo quiero ir de primero”. Como asistente ha estado dos veces en la antesala de alcanzar esta categoría. “Perdimos en el playoff con el Cacereño y el Trujillo después de hacer dos temporadones con equipos que en teoría no estaban para llegar a esa metas”. Este curso perseguirá el objetivo al frente del Chinato, el equipo que dirige de la Primera Extremeña y que le obliga a conducir una hora para llegar cada día de entrenamiento. “No estoy obsesionado con llegar a Tercera antes de los treinta años. Voy a seguir disfrutando, dando lo mejor de mí mismo y con trabajo llegará”.