Hasta el fútbol femenino es cosa de hombres en un aspecto. Los cuatro equipos semifinalistas de la Women’s Champions League están dirigidos por varones, una tendencia común en el sector. Si ver a una mujer entrenar a otras mujeres es todavía poco frecuente, encontrar a una dirigiendo hombres a un nivel de élite es prácticamente como ver un unicornio. Es probable que los nombres de Patrizia Panico o Chan Yuen-ting no suenen al gran público, pero son dos pioneras. Panico es la primera entrenadora en la historia del fútbol en dirigir a una selección masculina (Italia Sub 16) y la segunda es pionera en entrenar a un equipo de hombres en una competición internacional (Eastern SC de Hong Kong).
“Importa la capacidad, no el género”
Patrizia Panico es una leyenda del fútbol femenino italiano. Es la máxima goleadora de la selección Azurra (110), la que más veces ha vestido su camiseta (204) y ha sido Pichichi de la liga en 14 ocasiones con sus más de 650 dianas en la Serie A. “Espero que mi caso sea solo el principio”, explicaba en una entrevista en FIFA.com después de dirigir a Italia Sub 16 debido a la ausencia del seleccionador, que estaba concentrado con la Sub 19. “Que se convierta en normal y no porque las mujeres sean mejores que los hombres, sino porque lo justo es que las personas reciban las mismas oportunidades. Al final, lo que debería imponerse es la meritocracia”. Su homóloga hongkonesa abunda en esa línea. “Hombre o mujer, un entrenador es un entrenador”.
Como ha ocurrido en otros campos a lo largo de la historia, además de hacer su trabajo lo mejor posible, estas mujeres también asumen el papel reivindicativo y de abrir camino. “Espero que mi ejemplo se pueda convertir en una norma, lo cual significaría que la mujer ha alcanzado un gran nivel de emancipación también en el deporte. Muchos colegas me enviaron mensajes diciéndome que ojalá esto sea el principio de algo nuevo”, explica Panico. “Estoy contenta de ser un modelo a seguir para otras entrenadoras. Toda la que quiera introducirse en este mundillo tiene en mí una mano amiga”, añade Yuen-ting.
Excelente aceptación
Además del choque cultural que todavía pueda suponer ver a una mujer entrenando a hombres, faltaba conocer cómo iban a responder los empleados en un deporte muchas veces catalogado como machista. “Lo único que les importa es lo que sabes de fútbol”, resume Panico. “Quieren buenos entrenamientos y que seas exigente con ellos. Nunca he creído que suponga alguna diferencia si soy una mujer o un hombre”. Los aficionados tampoco han dado la espalda a Yuen-ting, de solo 28 años y que en su primera temporada al frente del Eastern SC le llevó al título de liga. “Es una bendición que ellos hayan apoyado a una mujer entrenadora. Cuando escucho a nuestros hinchas corear mi nombre en las gradas me siento muy contenta”.
Entrenadora en la NBA
Otra liga en el que están cayendo las barreras es en la NBA. En julio de 2015 Becky Hammond se convirtió en la primera entrenadora en dirigir un partido de la competición de baloncesto más potente del mundo. “Es importante para la sociedad que las mujeres sean reconocidas por sus mentes, al igual que cualquier chico”, dijo tras el partido de pretemporada que sus Spurs perdieron ante los Knicks.
Hammond, considerada una de las quince mejores jugadoras de la historia de la WNBA, también fue la primera en ser entrenadora asistente en la liga masculina. “Queremos estar seguros de que cuando tu esposa o tu hija van a una entrevista de trabajo tienen las mismas oportunidades que un hombre. Creo que ese es el objetivo más grande… ya se trate de baloncesto, del ejército o de altos cargos de multinacionales. Queremos mujeres en esos puestos”. Su jefe es Gregg Popovich, el entrenador más exitoso de la NBA en los últimos quince años. “Es una cuestión de talento, no de sexos“.
