El seis de agosto de 2003 el Manchester United jugó un partido amistoso en el campo del Sporting de Lisboa. El equipo entrenado por Sir Alex Ferguson había sido campeón de Europa tres años antes y era a principios de los 2000 uno de los clubes más potentes del mundo. Ese encuentro en Portugal, que perdió 3-1, fue el día en el que un chico espigado y muy rápido llamado Cristiano Ronaldo se presentó a Europa. Sus regates, potencia y habilidad con la pelota convencieron a Ferguson para pagar 17 millones de euros y cerrar de inmediato una operación clave en la historia del club inglés. “Es uno de los jugadores jóvenes más excitantes que he visto en mi vida”, dijo el legendario entrenador cuando se pudo completar la transferencia, apenas unos días después del amistoso.
“Hay que fichar a ese jugador”
Gary Neville no jugó ese día debido a una lesión. Lo vio por la televisión y quedó impresionado por las habilidades de ese desconocido jugador. “Nunca había oído hablar de él ni le había visto jugar, pero ese partido hizo que todos le conociéramos. Dije ‘Oh, Dios mío’”. Desde su casa de Manchester, Neville, uno de los pesos pesados del vestuario, escribió a su hermano Phil, que sí había participado esa noche en Lisboa, para decirle que debían fichar a ese jugador. “Me contó que ellos estaban igual que yo y que en el autobús estaban venga a hablar de Cristiano Ronaldo. Estábamos realmente emocionados ante la perspectiva de que se uniera a nosotros”.
El propio Ferguson reconoció la insistencia de sus jugadores para ficharle. “Los chicos no han parado de hablar en el vestuario de él desde que jugamos contra ellos la semana pasada. Ya en el avión de regreso me presionaron para que le hiciera venir”.
Ferguson ya lo tenía atado
Empezando por la plantilla del Manchester United y pasando por su entrenador, Cristiano Ronaldo impresionó a todo el mundo en el Estadio José Alvalade esa noche. De todas formas, Ferguson sabía perfectamente quién era. “Nunca lo hubiera fichado solo por noventa minutos en un encuentro de pretemporada”, dice Neville. La noche antes había tenido lugar una cumbre en Cascais para avanzar su contratación.
El portugués se levantó la mañana del partido resuelto a convencer a la gente de Inglaterra. “Seguro que su actuación y la reacción de nuestros jugadores al verle precipitó los acontecimientos”, apunta Neville. Al terminar, Cristiano y Jorge Mendes se reunieron con Ferguson. El agente hizo de traductor para un Ronaldo que entonces no hablaba inglés. Dos días después voló hacia Manchester para firmar el contrato. Fue con poca ropa y sin apenas equipaje porque pensaba que iban a mandarlo cedido de vuelta al Sporting. “Te vas a quedar. Mañana entrenas y después te marchas a Portugal a coger tus cosas”. Ocho días después debutó en Old Trafford en un partido contra el Bolton Wanderers.
“Ojalá no lo hubiera puesto”
Fernando Santos es un entrenador clave en la carrera de Cristiano. Junto a él tocó la gloria en la Euro 2016. También era su jefe la noche en la que encandiló a la plantilla, los técnicos y directiva del United. “Ojalá no lo hubiera puesto”, lamentó años después Santos. Como en tantas historias que os traemos a Minuto 116, las circunstancias ayudaron a que se escribieran los acontecimientos así. Quaresma, titular en el puesto de Cristiano, había sido vendido poco antes al Barcelona. “Puse a Cristiano y me arrepiento. Una semana antes había perdido a Quaresma y dos días después Ronaldo estaba volando para Manchester”.